Luego que el presidente de la Cámara, Carlos cuenca, anunciara que esta corporación no pagará más el plan de celular de sus miembros, dejó ver los muchos privilegios que tienen los congresistas por el solo hecho de ostentar esa dignidad.
Los 108 senadores de la República desde julio pasado están amparados por un seguro de vida que le costó al Estado (a los colombianos) $1.245 millones. La póliza ampara “contra el riesgo de muerte por cualquier causa, incluyendo el suicidio, homicidio, guerra y terrorismo, a los miembros del grupo asegurado (los senadores)”.
Uno de los privilegios más notorios de los que gozan los congresistas es su esquema de seguridad, que cuenta con escolta y carro blindado. El convenio implica que la Cámara debe pagar un total anual de $53 mil millones por este servicio para los 167 representantes que cuentan con esquema. Los únicos que no cuentan con esta protección son los representantes David Racero y Juanita Goebertus, quienes renunciaron a este privilegio.
Además, la Cámara de Representantes firmó un contrato por $7 mil 500 millones para otorgarles tiquetes aéreos a los congresistas que hacen parte de la corporación (dinero que proviene del presupuesto público), ya que, el Congreso de la República está integrado por legisladores que provienen de diferentes regiones, quienes tienen que estar en constante movimiento por el país, debido a que deben movilizarse hacia sus territorios de origen a hacer labor política, comentan los legisladores.
Lo mas paradójico es que en momentos como ahora, líderes sociales y candidatos en algunos territorios han pedido protección a su vida pero no se les ha podido otorgar debido a que no hay recursos.